Las políticas de drogas internacionales, marcadas por la fallida doctrina de la War on Drugs, son una clave fundamental de la crisis democrática, económica y medioambiental actual, afectando no sólo a los cientos de millones de consumidores perseguidos en todo el mundo, sino a también a toda la sociedad.
La planta del cáñamo es un recurso natural que debe usarse en la plenitud de la propia responsabilidad individual
La planta del cáñamo, en todos sus componentes y potencialidad, es un recurso natural que debe usarse en la plenitud de la propia responsabilidad individual de los adultos conscientes.La “guerra”, que desde hace más de 70 años se lleva a cabo contra la planta y sus consumidores, es una de las páginas más vergonzosas y malvadas escritas por la política moderna.
En la sociedad en que vivimos, la comunidad estigmatizada, discriminada y sumergida de los consumidores de cáñamo, tanto de uso recreativo como medicinal, es amplísima en las cifras y transversal en su composición, en sentido socio-económico, demográfico e ideológico. Una comunidad a menudo silenciosa que en grandísima parte apoya la reducción del riesgo y promueve un uso consciente del cáñamo.
La regulación del Cannabis contribuiría a la resolución de la crisis de las deudas soberanas y asestaría un golpe a las mafias
La regulación legal del Cannabis y sus derivados contribuiría significativamente a la resolución de la crisis de las deudas soberanas, recuperando para el erario público recursos importantísimos, reduciendo los costes de los aparatos de seguridad estatales, dinamizando la economía real a través de las prósperas cadenas del sector. Asestaría además un fuerte golpe al cáncer transnacional de las mafias, que a través del reciclaje de los narco-capitales condicionan fuertemente las economías y las democracias europeas.
Organizaciones como Encod, TNI o FAC, entre otras, proponen un modelo asociativo adecuado a la legislación de cada estado
Para superar definitivamente la locura de la “Guerra al Cáñamo” y los daños causados a la sociedad, junto a las acciones directas en las matrices culturales y políticas para la re-legitimación de la planta y de sus consumidores, se debe meter mano directamente en las raíces del problema: la relación cultivador-consumidor final. En este sentido, organizaciones internacionales como Encod y TNI o la española FAC, entre otras, proponen en Europa un modelo asociativo adecuado a la legislación de cada estado, en el cual Assonabis se integra desde su nacimiento.
Los cambios de los últimos meses en las políticas de drogas de algunos países americanos, especialmente Uruguay y EEUU, donde se han legalizado la producción y la venta de cannabis, nos llevan a confiar en un futuro más esperanzador. Esta “ola americana” supone una extraordinaria oportunidad para la planta del cáñamo de lograr una reconsideración global por parte de opinión pública y gobiernos, y marca un punto de inflexión histórico en las políticas de drogas internacionales.
Assonabis